Voy a ser sincero desde el principio. Tenía cierta incertidumbre y respeto por viajar solo y pisar Latinoamérica por primera vez. En concreto, un país como Colombia que tanta fama tiene.
Mi vuelo salía a las 15h desde Madrid y tuvo un retraso de más de 6 horas. Esto tiene su parte positiva y es que recibes una indemnización de 600€ por el retraso del vuelo pero es importante que saques un seguro de viaje como este con 15% de descuento para poder aprovecharte sin complicaciones de todos los contratiempos que puedan surgir.
Como además, igual que a ti me gusta lo bueno, aproveché el descuento que te da la tarjeta Revolut para acceder a la zona VIP del aeropuerto (y muchas más cosas que ofrece para viajar). Aquí hay buffet libre y todo tipo de bebidas a tu disposición. Pasé el tiempo bebiendo y comiendo todo lo que quise en asientos que, para ser un aeropuerto, eran bastante cómodos. Casi a las 22:00h, finalmente, sale el vuelo.
Bogotá: primeras impresiones
Cuando viajas solo, es imprescindible tener la mente abierta y tratar de conocer el máximo de gente posible pero con cautela. Aunque considero que la mayoría de personas son buenas por naturaleza, nunca faltará quien quiera aprovecharse de ti. Todavía en el aeropuerto de Madrid, conocí a una pareja que iba en mi avión y apuntaron mi número para avisarnos de alguna novedad sobre el vuelo. Fue con ellos con los que compartí Uber también al llegar a Bogotá ya que nuestros destinos estaban relativamente cerca.
Mi vuelo aterrizó en Bogotá a las 3.00h de la madrugada y no son horas para divagar en una capital como ésta. Por suerte, tenía quien me acogiera en Bogotá así que cogí un Uber (que compartí con la pareja que conocí en el aeropuerto) y me dirigí directo a mi alojamiento.
Sí, es mejor usar Uber que Taxi en Colombia por seguridad y para evitar engaños con los precios pero lo normal es que no te pase nada cogiendo taxis. Nunca me ha pasado nada y he cogido muchos.
En el post sobre Bogotá puedes leer mi experiencia en esta ciudad y las cosas que nunca debes hacer.
Tras dos días en la ciudad (que realmente fue uno) puse rumbo hacia el Eje Cafetero. A través de la aplicación Couchsurfing, contacté desde España con un chico de Jerez que viajaba por allí y pude encontrarme con él en Salento. A la vez conocí a otras dos personas de México que viajaban ambas solas y fueron mis compañeros en alguna rumba también de Medellín, aunque eso lo explicaré en su momento.
Eje cafetero: Salento, Cocora y fincas cafeteras
El Eje cafetero tiene varias ciudades coloniales espectaculares como son Filandia o Salento, pero te recomiendo esta última para tomarla como base y es la que tomaremos si te unes a la aventura. Desde la plaza principal de Salento es fácil contratar las excursiones de un día a cualquier atracción turística de la zona. Es un pueblo tranquilo donde podrás relajarte y despejarte entre naturaleza. Aquí te explico con más detalle qué hacer en el Eje Cafetero en 3 días (aunque puedes echar un vistazo al siguiente itinerario programado para evitar tantos spoilers).
Las dos atracciones turísticas principales son el Valle del Cocora y la visita una o varias fincas cafeteras. Aunque la finca es muy interesante para tanto los procesos de obtención y elaboración del café, no puedes perderte el espectacular escenario que ofrecen las vistas a lo largo del Cocora.
Después de tres días aquí, mi siguiente destino fue Medellín: la ciudad de la eterna primavera.
Medellín y Guatapé (Viajar solo a Colombia)
Medellín es la ciudad de la fiesta por excelencia. A muchos colombianos no les gusta, pero ellos mismos la definen como “la capital del reggaetón”. Ya te puedes ir haciendo una idea de cómo van las cosas aquí: chivas rumberas, discotecas, mucha gente, mucha policía, mucho alcohol y otros menesteres. Aunque es una ciudad grande, no es ni de lejos como la enorme Bogotá aunque tardarás un rato (40 minutos en coche) en atravesar la ciudad desde por ejemplo la Calle 10 y la Comuna 13.
Estando en Medellín, no se debe dejar pasar la oportunidad de visitar Guatapé y su famosa piedra. Es la 3ª piedra más grande del mundo. Además, si te animas a subir (que deberías…) podrás disfrutar de las increíbles vistas que ofrece su zona más alta. Si quieres saber más, aquí tienes más detalles sobre Medellín (dónde alojarse, transporte, dónde comer, fiesta, excursiones y mucho más).
Amazonas: Leticia y Puerto Nariño
Al noveno día de mi viaje solo a Colombia, llegó el momento más esperado: el Amazonas. La verdad es que había dudado entre ir a San Andrés y Providencia (que tanto y tan bien se habla de estas islas) pero tenía que escoger entre eso y “el pulmón del mundo”. Aunque no dudo que tienen que ser espectaculares, ya iba a tener islas después en la zona del Caribe, tengo muchas y muy buenas en España, Italia o Portugal y no quería dejar pasar la oportunidad de ir a la auténtica selva.
Así, cojo un vuelo temprano desde Medellín a Leticia (capital del Amazonas) y después de casi todo el vuelo atravesando la selva, llego por fin a Leticia. A mi llegada al aeropuerto, tuve una de las peores experiencias que se pueden tener en un país como Colombia pero no me voy a parar aquí a contar eso y te lo explico con detalle en la entrada llamada Amazonas colombiano: indígenas, río y selva.
Al llegar al malecón de Leticia te puedes dar cuenta de que tanto la gente como el paisaje es muy diferente a lo vivido anteriormente. Viajaba solo así que me puse en contacto con la persona encargada de recibirme y pregunté si venía alguien más en el grupo con el que pasaría los siguientes 4 días. Me confirma que hay una pareja española que ya ha llegado y me junto con ellos en una cafetería. ¡Ya tenía mis dos primeros amigos en Leticia!
Finalmente en el grupo éramos 7: la pareja, dos amigos españoles con otra amiga colombiana, una chica ucraniana y yo. Realmente son las personas con las que más tiempo pasé. Estábamos las 24 horas juntos y fue como una gran familia que se ayudaba, aconsejaba, reía y compartía todo el tiempo.
Recomiendo mucho leer el post sobre el Amazonas, ahí explico por dónde pasamos cada día, las aventuras, cómo es la gente, cómo llegar a Perú y cómo llegar a Brasil para que al menos, puedas sentir la sensación de pisar otros países latinoamericanos aunque sea por un ratito.
Cartagena de Indias: viajar solo a Locombia
El día 12 de mi viaje me dirijo hacia el norte atravesando todo el país hasta Cartagena de Indias. De repente, todas las vivencias de mi viaje solo por Colombia se vieron contrastadas con la locura de Cartagena.
Claro, se me olvidaba que viajaba a Locombia.
El problema aquí no fue hacer amigos, al contrario. Los hostales en Cartagena rebosan alegría y fiesta, el turismo invade la ciudad y los vendedores ambulantes te invaden a ti. Con tanto ajetreo, esta ciudad se comió un día de mi calendario que no tenía previsto y es que el “guayabo” no perdona tampoco en Colombia.
Desde Cartagena hay opciones muy buenas para visitar muchísimas islas (las 28 si quieres) aunque yo me centré en 5. En las zonas de Getsemaní y Ciudad Amurallada hay buenísimas opciones para buscar alojamiento. Pero yo te voy a contar dónde me alojé después de mucho investigar (porque no, no me quedé donde había buscado sino donde me aconsejó el taxista que me recogió en el aeropuerto).
Islas del Rosario es otra de las paradas obligatorias para unir mar, naturaleza y fiesta a la vez. Con suerte (como yo la tuve) puedes dar con un grupo increíble de gente y pegarte uno de los mejores días del viaje sin comerlo ni beberlo.
Para no extenderme muchísimo aquí, dejo todos los detalles en Cartagena de Indias en 4 días. También doy algunos consejos para pegarse la mejor fiesta en el Caribe a buen precio y que no salga por un ojo de la cara. Porque, sí, en Cartagena a veces parece que quieran el ojo de uno. Entiéndase la expresión 🙂
Santa Marta y Taganga: Relax
Los cuatro últimos días de mi viaje quería paz y tranquilidad. El Caribe colombiano no es todo fiesta, hay playas donde el ambiente es más relajado, el turismo europeo no plaga los locales y en general, zonas menos masificadas que Cartagena.
Pensé que sería bueno pasar dos días en Palomino (zona más relajada, supuestamente, porque no fui) y dos días en Santa Marta, uno para ver la ciudad y el atardecer en Taganga (esto sí lo hice y fue muy top) y otro para ver el Parque Nacional Natural Tayrona. El problema es que Locombia, sobre todo en el norte, te trastoca mucho los planes (a mí por lo menos) y al final acabé haciendo y viendo cosas que no entraban en mis planes.
Pero es que esa es la verdadera experiencia. Cuando viajas solo te das cuenta de que no pasa nada si no has ido o no has visto tal cosa. A veces supera con creces cualquier persona o situación que te puedas encontrar a lo que se tenía planeado desde un principio. Para mí, esa es la verdadera magia de viajar solo. Es lo que me llevo de esta aventura que sin lugar a dudas ha sido la más gratificante de mi vida.
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